COL·LOQUI: La mano y el ojo: técnicas de disección, artificios cerebrales e imágenes del cerebro, siglos XVII-XIX
a càrrec de Rafael Mandressi
(Centro Alexandre Koyré Histoire des Sciences et des Techniques)
Dijous, 3 de març, a les 19.00 h, a l’Institut d’Estudis Catalans,
(carrer del Carme, 47, Barcelona)
La historia del cerebro es en gran medida la historia de sus manipulaciones, ya que para efectuar observaciones y producir descripciones de su estructura es preciso intervenir materialmente, poner en práctica operaciones que, por medio de técnicas de diverso tipo, lo conviertan en un objeto accesible a la voluntad de saber. Disecar, efectuar cortes, hervir la sustancia cerebral o embeberla en alcohol para fijarla, inyectar líquidos para volver visible alguna de sus porciones o su vascularización, todo ello resulta en un objeto alterado, desplazado de su estado “natural” y convertido, inevitablemente, en artificio. No es posible, en suma, examinar el cerebro sin transformarlo. Los procedimientos empleados cambian con el correr del tiempo, pero en todos los casos es indispensable detenerse en ellos para comprender el circuito de producción de conocimiento: se diseca y se prepara el cerebro con el propósito de observarlo, pero las observaciones que se busca efectuar contribuyen a definir las técnicas de disección y de preparación, que a su vez inciden en lo que efectivamente se observa. Todo ello se traduce, por lo demás, en las imágenes impresas por medio de las cuales se ofrece el cerebro o sus partes al ojo del lector. Esta conferencia consistirá en exponer estos aspectos a través de una serie de casos significativos entre el siglo XVII y el siglo XIX.
Rafael Mandressi (Montevideo, 1966) es historiador, investigador en el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia, director adjunto del Centro Alexandre-Koyré Histoire des Sciences et des Techniques, París. Entre 2010 y 2014 dirigió el Master “Histoire des Sciences, Technologies, Sociétés” dela Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS, París), donde tiene a su cargo tres seminarios de doctorado y otros tantos cursos de master. Su trabajo en el área de la historia de la medicina busca asociar estrechamente la historia de las ciencias y la historia social y cultural para obtener una descripción unitaria de las configuraciones históricas del saber médico lato sensu, de los procesos de constitución del cuerpo como objeto de conocimiento, y de las modalidades de su gestión social y política. Las principales áreas de investigación de Rafael Mandressi han sido la historia de la anatomía (siglos XVI-XVIII), la historia del cerebro y de las funciones cerebrales en la primera modernidad y la historia de la historiografía de la medicina. En la actualidad, su trabajo se centra en el estudio de las relaciones entre medicina y política en Francia en la Edad Moderna. Además de numerosos artículos y capítulos en libros colectivos, Rafael Mandressi ha publicado Le Regard de l’anatomiste: dissections et invention du corps en Occident (2003); traducción castellana: La Mirada del anatomista: disecciones e invención del cuerpo en Occidente, 2011) y dirigido Figures de la preuve (2009) y Les Sciences de l’homme à l’âge du neurone (2011).
Cicle “Imágenes del Cerebro”
Coordinador: Fernando Vidal (ICREA/CEHIC).
Todos conocemos las vistosas imágenes del cerebro que generan la resonancia magnética funcional (IRMf) y la tomografía por emisión de positrones (PET) y hemos leído o escuchado que dichas tecnologías “abren una ventana” al funcionamiento cerebral. Más allá de los aportes de la neuroimagen al conocimiento y de sus contribuciones diagnósticas, desde la “Década del Cerebro” de los años 1990 se han multiplicado sus aplicaciones a temas tradicionalmente asociados con las ciencias humanas, como la experiencia estética o espiritual, la diferencia entre culturas o el juicio moral. Algunas de estas aplicaciones se han cristalizado en disciplinas cuyos nombres proclaman su ambición: neuroantropología, neuroderecho, neuroeducación, neuroestética, neurohistoria, neuroteología… Muchas han sido criticadas por su falta de rigor empírico y conceptual. Pero el proyecto que las anima se ha vuelto uno de los más motivadores y mejor financiados de la ciencia contemporánea: no se trata de “ver” meramente el cerebro, sino sobre todo la mente; no se desea apenas localizar las bases cerebrales de algunas funciones, sino – partiendo del supuesto que “la mente es lo que el cerebro hace” – se anhela explicar en términos neurobiológicos la totalidad del comportamiento humano, incluyendo las más complejas producciones de la cultura.
Los progresos recientes de las neurociencias parecen legitimar este sueño. Sin embargo, se trata de una aspiración con raíces antiguas, cuyo rastro aparece en las primeras imágenes conocidas del cerebro. La percepción este órgano como sede y espejo de la mente se desarrolla durante siglos e involucra continuidades y discontinuidades. Éstas incluyen los extraordinarios y cada vez más rápidos adelantos del conocimiento neurocientífico, así como de las tecnologías que permiten acercarnos a lo neurobiológico en escalas que van de lo molecular a lo macroestructural. En lo que se refiere a la visualización del cerebro y a las maneras de entender la relación entre la imagen de un órgano y la representación de sus funciones o contenidos, las continuidades se manifiestan principalmente en dos áreas. Por un lado, la historia de las imágenes del cerebro desde la Edad Media revela una cierta tensión entre lo ilustrativo y lo explicativo, lo estructural y lo funcional, lo localizado y lo distribuido, lo modular y lo integrado. Por otro lado, mucho antes de que se tuvieran conocimientos mínimamente fiables sobre el cerebro, se intuye que la mente “ocurre” dentro de la cabeza y se intenta visualizar esta intuición en función de las teorías psicológicas, anatómicas y fisiológicas vigentes en cada época. Aunque secularizado, el deseo que encarnan las representaciones del cerebro sigue siendo, en gran medida, el de desvelar el enlace del alma y el cuerpo.
Este ciclo de tres conferencias propone ofrecer un panorama del vínculo milenario entre imágenes de la mente e imágenes del cerebro, hablando de las representaciones medievales de las facultades del alma en la cabeza, de los primeros dos siglos (17 a 19) de la investigación empírica sobre la localizaciones cerebrales, y de algunas ambiciones y límites de la neuroimagen contemporánea.